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VIDEO | Rafo Grin, sonido de la calle neuquina: "Cantar sobre el Obelisco acá, no tiene ningún sentido"

Más de tres décadas respaldan a Rafo Grin como un referente ineludible en la guitarra eléctrica y acústica, un artista que ha dejado huella en cada etapa de su recorrido.
Grin está muy asociado con el blues, luego de traer al Valle artistas de talla internacional desde la mismísima cuna del género.
Para Rafo, la experiencia de tocar en grupo fue siempre una forma de redescubrirse.

En la escena artística de Neuquén hay nombres que se vuelven inevitables. Figuras de las que todos alguna vez escucharon hablar, músicos que no pasan desapercibidos en el Alto Valle, ni en un escenario ni en una charla de bar.

Entre ellos, Rafo Grin ocupa un lugar especial: más de tres décadas lo respaldan como un referente ineludible en la guitarra eléctrica y acústica, un artista que ha dejado huella en cada etapa de su recorrido.

Grin está muy asociado con el blues, luego de traer al Valle artistas de talla internacional desde la mismísima cuna del género y tras haber integrado a Los Jackpots junto a Damián Duflós, pero Rafo prefiere desmarcarse de las etiquetas rígidas: “No soy un amante del blues en sí, soy un amante de la música”, aclara de entrada, con la serenidad de quien lleva años de escenarios y búsquedas.

Ese amor amplio y sin fronteras lo ha llevado a transitar por géneros tan diversos como el candombe, el rock, el folk-rock y, por supuesto, el blues, que en su caso es apenas una de tantas puertas.

No obstante, su vínculo con el género madre de la música afroamericana se mantiene vivo a través del Ensamble de Blues de Neuquén. Allí encontró un espacio colectivo donde la música es comunión: juntarse a tocar y dejar que las canciones fluyan.

Para Rafo, la experiencia de tocar en grupo fue siempre una forma de redescubrirse: “La música es un lenguaje que nos une, y el ensamble me permitió compartirlo de otra manera”, señala.

El Ensamble de Blues nació en 2019, como fruto de la insistencia de su amigo y músico Ezequiel Díaz Baruj. La idea era simple pero ambiciosa: crear un espacio donde músicos aficionados pudieran tocar juntos, compartir conocimientos y experimentar la sensación de formar una banda real, con presentaciones en bares y teatros.

Lo que comenzó con apenas 15 personas, temiendo que nadie se interesara por un género poco comercial, se transformó en un proyecto sólido que ya lleva seis años, superando incluso los obstáculos de la pandemia.

Para Rafo, el Ensamble no solo es un vehículo de transmisión de técnica y estilo, sino un lugar de encuentro, un laboratorio donde la música se convierte en comunidad y emoción compartida.

Influencias que pesan y caminos por venir

El rock y el blues tienen una historia que en Neuquén no se olvida de la noche a la mañana. “La Moto me forjó como músico”, recuerda Rafo.

“Tenían una identidad muy propia, muy valletana, hablaban del valle frutal. Esos sonidos locales, mezclados con blues y rock, fueron únicos y auténticos. Para mí no tiene sentido cantar de algo ajeno; hay que hablar de lo que se vive acá, desde la calle, el barrio y la región. Esa autenticidad es lo que define a la música neuquina de mi época”, afirma.

A su vez, destaca también el trabajo de Los Hermanos Gutiérrez con Pachamama y su música andina y folclórica. “Cantarle acá a la Calle Corrientes o al Obelisco, para mí no tiene ningún sentido”, sentenció.

Haciendo un flashback, el guitarrista nos contó su visión sobre la música callejera. Rafo recuerda sus años en Buenos Aires entre 1997 y 2002, entre estudio, trabajo y eventualmente tocando en las esquinas de la gran ciudad: “Estuve medio año ganándome la vida tocando en la calle, en Corrientes, Florida, San Telmo… no siempre fue fácil y a veces nos corrían, pero me dejó dos enseñanzas enormes", dice.

Y continúa: "primero, que la calle no es para cualquiera; y segundo, que donde haya un instrumento, se puede tocar y vivir de eso, aunque sea por un día. Esa experiencia me enseñó a valorar lo que significa hacer música sin escenario ni protocolo, con la gente como público directo, cercano y sincero”.

Volviendo al presente, la realidad parece ser otra, y el músico define su etapa actual como una de las mejores: “Estoy llegando a un objetivo que no me puse explícitamente: que la gente vaya a verme sin rótulos, sin pensar ‘vamos a ver a Rafo que toca blues’, sino simplemente a ver a Rafo”, celebra.

“Hoy mi show incluye blues, rock, folk-rock, música uruguaya, murga, candombe, folclore argentino… todo mezclado según lo que soy en este momento”, agrega, y completa: “Es un gran momento, la verdad que soy muy poco nostálgico con mis músicas y mis bandas, siempre siguiendo lo que dice mi querido santo de la música Luis Alberto Spinetta: mañana es mejor”.

Rafo Grin sigue explorando nuevos caminos musicales. Después de la experiencia de su disco Otras formas, que consolidó su versatilidad más allá del blues, ya trabaja en un próximo sencillo junto a la cantante Aby, fruto de colaboraciones con músicos uruguayos que lo inspiran y desafían.

Paralelamente, avanza en la realización de un documental biográfico que retratará su trayectoria, un proyecto que combina su pasión por el cine con su vida en la música. Entre la memoria de lo recorrido, la emoción del presente y la curiosidad por lo que vendrá, Rafo sigue construyendo un legado que mira hacia adelante sin perder la esencia que lo define.

Después de más de tres décadas de música, Rafo Grin sigue siendo un referente ineludible de la escena neuquina, un músico cuyo nombre todos alguna vez escucharon y que nunca pasa desapercibido.

Su recorrido no se mide solo en años o discos, sino en emociones compartidas, en la pasión que transmite a quienes lo escuchan y en la autenticidad con la que explora cada género, desde el blues hasta el candombe, el rock y el folk.

Porque, más allá de etiquetas, para Rafo lo que realmente importa es la música en sí, la emoción que genera y la conexión que logra con el público.

Sin embargo, hay un horizonte cercano que le da un nuevo matiz a su historia: planea retirarse joven de la música profesional, reveló ante este medio. Estos próximos años serán quizá los más intensos de su carrera, llenos de experimentación, nuevos discos y proyectos.

Rafo Grin seguirá entregándose a la música mientras pueda y quiera, dejando un legado que seguirá latiendo en Neuquén, incluso cuando elija bajar el telón.

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