Política
Avance privatizador

VIDEO | Milei va por las represas, pero Figueroa se planta

En conferencia de prensa el gobernador Figueroa afirmó que va a pelear por lo que le corresponde a Neuquén.

El Gobierno nacional, encabezado por el prescindente Javier Milei, avanza a toda marcha con el proceso de entrega de las represas hidroeléctricas del Comahue, como si se tratara de un botín en oferta. El objetivo: poner en manos privadas activos estratégicos para el país, sin contemplar los derechos de las provincias dueñas del recurso.

En este contexto, el gobernador de Neuquén, Rolando Figueroa, se ha convertido en la principal voz de resistencia. Mientras el gobierno nacional avanza con la privatización de las represas del Comahue, Figueroa lidera un reclamo firme por regalías justas y energía barata para Neuquén. Su mensaje es claro y contundente: “No peleamos por pelear, peleamos por Neuquén”.

Mientras Nación busca licitar el paquete accionario de las sociedades recién constituidas, Alicurá, Chocón, Cerros Colorados y Piedra del Águila, sin garantizar la justa participación provincial, Figueroa exige lo que por derecho corresponde.

Esto sería una actualización de la base imponible para el cobro de regalías, la incorporación de un canon por el uso del agua y, sobre todo, el pago en especie de al menos el 50 por ciento de la energía generada. La pelea es por recursos, por soberanía y por una gestión federal que Milei parece desconocer deliberadamente.

“Durante años nos pagaron regalías calculadas sobre un 25 por ciento del valor de la energía. Ahora vamos por el 100 por ciento. Nos corresponde”, lanzó Figueroa, quien ya coordina acciones con su par rionegrino, Alberto Weretilneck, para presentar un frente común.

El próximo 18 de junio ambos gobernadores reunirán a sus gabinetes en una cumbre que marcará un punto de inflexión en la pulseada con Nación.

La estrategia neuquina no solo busca corregir un modelo injusto heredado, sino también proyectar una nueva lógica de gestión territorial sobre los recursos energéticos.

El cobro en especie de energía permitiría subsidiar el consumo eléctrico en sectores productivos clave, como frigoríficos y parques industriales, así como en localidades que hoy no acceden a gas natural. “No podemos depender del humor del Gobierno nacional ni del mercado mayorista eléctrico”, sentenció un funcionario cercano al gobernador.

Pero Figueroa no se quedó solo en la crítica al presente. También apuntó con dureza contra el kirchnerismo, a quienes acusó de dejar vencer las concesiones sin hacer absolutamente nada. “Los que hoy dan recetas mágicas tuvieron la sartén por el mango los últimos dos años y no movieron un dedo”, ironizó.

Y fue más allá: “Yo lo único que escuché fue ‘sí, señora, sí señora’, y nada más”, en una alusión directa al senador Oscar Parrilli y al exsecretario de Energía Darío Martínez, fieles soldados de Cristina Kirchner.

El reclamo también incluye el cumplimiento del fallo de la Corte Suprema de 2009 que ordena obras fundamentales para la seguridad de la presa Portezuelo Grande.

Desde la Casa Rosada, sin embargo, miran para otro lado. Mientras Milei improvisa su cruzada contra el Estado y entrega activos estratégicos al mejor postor, provincias como Neuquén y Río Negro tienen que mendigar lo que les corresponde por derecho y por Constitución.

El trasfondo legal expone aún más la maniobra del Gobierno nacional. A través de un paquete de decretos, primero se crearon cuatro nuevas sociedades hidroeléctricas y luego se habilitó su privatización mediante un concurso público nacional e internacional. La participación de las provincias quedó reducida a un gesto simbólico, en una mesa de discusión donde las reglas ya parecen escritas.

Pero en Neuquén la historia no es tan fácil. Figueroa señaló que "estas son las cosas que tenemos que reclamarle al Gobierno Nacional. ¿Y cuál es la manera de reclamarle? Es de pie, no arrodillado”, dijo. Y agregó: “Hoy estamos ejecutando un verdadero acto de autodeterminación que hemos tenido los neuquinos”.

El mensaje de Figueroa no es aislado, sino parte de una visión de provincia que se planta ante el centralismo porteño. “Somos una provincia energética integral, y no vamos a aceptar que nos sigan robando lo que es nuestro”, advirtió el gobernador, dejando en claro que la discusión no es solo técnica: es política, económica y cultural.

Mientras la Casa Rosada arma licitaciones exprés, Neuquén se prepara para dar la batalla. Las represas no son una herencia incómoda: son el corazón energético de una región que no está dispuesta a regalar su futuro.

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