Además, ya inició los trámites para jubilarse. Mientras, la Justicia lo investiga por fraude a la administración pública, tras una denuncia penal impulsada por el fiscal de Estado, Raúl Gaitán. Cámaras de seguridad revelaron que solo ingresaba al ministerio para fichar con su huella digital… y se iba.

El caso, que ya generó una fuerte repercusión política, expone de forma cruda los privilegios y abusos de poder que caracterizaron a una casta enquistada en el Estado provincial.

Salvatori fue parte de esa vieja estructura que se creyó impune, amparada por su apellido y conexiones, pero sobretodo, por una forma de hacer política que caracterizó al MPN: el clientelismo, el fraude, los amiguismos y favores.

Sin embargo, los tiempos cambiaron: la gestión actual del mandatario Rolando Figueroa lanzó una política de Tolerancia Cero contra los ñoquis, y Salvatori cayó en la red.

La investigación interna fue demoledora. El ahora denunciado figuraba como personal de planta del Ministerio de Energía y Recursos Naturales y percibía mensualmente un salario superior a los 1.700.000 de pesos.

Pero no cumplía tareas: no registraba actividad alguna, no asistía, no presentaba licencias ni justificaciones, no cursaba capacitaciones y ni siquiera tenía usuario en el sistema de gestión electrónica, obligatorio en toda la administración pública.

Para colmo, hay pruebas irrefutables: cámaras de seguridad registraron cómo Salvatori ingresaba al ministerio solo para fichar con su huella digital y se retiraba inmediatamente. Entre el 26 de mayo y el 4 de junio de este año quedó grabado repitiendo esta maniobra sistemática de estafa al erario público.

Esa prueba fue clave para avanzar con la denuncia penal, sustentada en el artículo 174, inciso 5 del Código Penal.

Como si fuera poco, Salvatori tampoco presentó las declaraciones juradas patrimoniales exigidas por ley. La última data de 1991. Y, en medio del proceso judicial y disciplinario, tuvo el cinismo de iniciar los trámites jubilatorios. Quiere retirarse del Estado luego de años de no trabajar, cobrando del bolsillo de los neuquinos.

“No viene a trabajar hace 18 años y hoy se quiere jubilar. Es nuestro deber como neuquinos decirle: vos no te podés jubilar porque has estafado al pueblo de Neuquén”, sentenció el gobernador Figueroa, sin nombrarlo, pero aludiendo directamente a él.

Desde el Ministerio de Energía confirmaron la suspensión sin goce de sueldo como medida preventiva, mientras se avanza en el sumario administrativo. Un poco tarde se acordaron.

El coordinador Gabriel Ranucci firmó la resolución y la Escribanía General de Gobierno certificó las faltas. El perjuicio económico para la provincia aún se está calculando, pero se anticipa que será millonario. La Fiscalía de Estado ya solicitó ser parte querellante.

Lo más escandaloso es que esta situación no es nueva. Salvatori fue designado desde 2006 en distintos cargos políticos sin tareas efectivas ni oficinas asignadas. Durante años, permaneció en planta cobrando, sin que nadie lo controle. Un claro ejemplo de cómo funcionaba la vieja política: acomodos, sueldos sin trabajo y total impunidad.

Pero el panorama cambió. La nueva gestión anunció que no habrá privilegios para nadie. “Se llame como se llame”, advirtió Figueroa. La purga de ñoquis ya está en marcha. “Si no defendemos nuestros recursos, no vamos a poder redistribuir. Redistribuir es que el sueldo llegue al que trabaja”, sentenció el gobernador.