Panorama Político de Neuquén
El escenario

Mapuches acampan, el Gobierno denuncia, la Policía reprime

El operativo, que se desató durante un acampe pacífico de comunidades mapuches y organizaciones sociales, desató un fuerte repudio y reavivó las críticas al accionar de la policía provincial. (Dibujo: NOVA)

Una brutal represión policial frente a la Casa de Gobierno de Neuquén dejó imágenes impactantes: manifestantes reducidos, golpeados y esposados en plena vía pública.

El operativo, que se desató durante un acampe pacífico de comunidades mapuches y organizaciones sociales, desató un fuerte repudio y reavivó las críticas al accionar de la policía provincial.

La tensión escaló en cuestión de minutos y terminó con detenidos, heridos y una nueva mancha en la relación entre el Estado y los pueblos originarios. Todo comenzó el domingo 20 de julio, cuando miembros de las comunidades mapuches Kaxipayiñ, Puel Pvjv, Newen Kvra y Huenctru Trawel Leufú se manifestaron de forma pacífica en reclamo por la demora en la entrega de personerías jurídicas, ya que el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) ya había emitido dictámenes favorables para cada una de ellas.

Además, reclamaban por la falta de cumplimiento de relevamientos territoriales y la ausencia de estudios de impacto ambiental en zonas donde las empresas petroleras operan sobre tierras reclamadas como ancestrales.

Durante horas, la protesta se mantuvo en calma, hasta que la intervención de la Policía provincial, por orden de la Fiscalía, desató una represión violenta. Al menos 17 personas fueron detenidas, entre ellas varios referentes mapuches y militantes sociales. Las imágenes del operativo muestran a manifestantes esposados, tirados en el suelo, y a la policía usando gas lacrimógeno y golpes para disolver la manifestación.

La secretaria general de ATEN Capital, Angélica Lagunas, enfrentó a los uniformados en medio del operativo y les recordó la brutal represión de Arroyito en 2007, durante la gestión del entonces gobernador Jorge Sobisch, cuando el docente Carlos Fuentealba fue asesinado en una protesta reprimida.

“No aprendieron nada. Ya mataron a Carlos”, les gritó, visiblemente enfurecida, según imágenes que trascendieron. La represión provocó un amplio repudio en distintos sectores sociales y políticos, que señalaron con dureza al gobierno provincial por su responsabilidad en el accionar policial: se criticó el uso excesivo de la fuerza y la violenta intervención de la policía provincial.

El lunes por la noche, los detenidos fueron liberados tras permanecer incomunicados durante horas. Desde el gobierno provincial de Rolando Figueroa denunciaron penalmente a las comunidades mapuches que protestan por las personerías jurídicas, argumentando que los grupos involucrados no cumplieron con los requisitos legales necesarios para realizar el trámite.

El Ejecutivo acusó a las comunidades de tomar oficinas públicas, alterar la paz social y de vandalización, además de generar molestias a la ciudadanía por olores, humo y dificultades de circulación, especialmente para personas con discapacidad.

Uno de los referentes mapuches detenidos, Lautaro Nahuel, aún esposado y tirado sobre la calle, brindó declaraciones ante las cámaras: “Tenemos una resolución de la Corte Suprema a favor. A toda la gente que lo apoya, les pedimos que se manifiesten a favor del pueblo mapuche, que nos den la personería jurídica, que cumplan con los relevamientos, los estudios de impacto ambiental, y que no perforen el Mari Menuco. Mientras estuvimos acá hubo diez sismos en Añelo y en la zona. Están reventando la tierra”, sostuvo.

El jueves 24, una multitudinaria movilización recorrió el centro de la ciudad de Neuquén para exigir justicia y denunciar la criminalización de la protesta. Unas 10 mil personas, entre organizaciones sociales, sindicatos, colectivos ambientales, partidos de izquierda y referentes mapuches, marcharon desde el monumento a San Martín hasta la Casa de Gobierno.

El conflicto por el reconocimiento de los pueblos originarios en la provincia de Neuquén sigue abierto. Y el recuerdo del pasado reciente aún pesa en la memoria colectiva.

Milei buscó seducir a Figueroa, pero Rolo le cerró la puerta

El presidente Javier Milei comenzó a mover sus fichas de cara a las elecciones legislativas del 26 de octubre. A través de su jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y otros emisarios, el Gobierno nacional inició contactos con gobernadores de distintas provincias para sellar alianzas que le permitan sumar respaldo en el Congreso.

En ese marco, uno de los mandatarios contactados fue el neuquino Rolando Figueroa. “Neuquén tiene una identidad política propia. Nuestro compromiso es con la gente de la provincia, no con un proyecto nacional”, aseguraron fuentes cercanas a Figueroa.

Y agregaron: “Vamos a priorizar el modelo de La Neuquinidad. No vamos a subordinarnos a ningún armado nacional”. Si bien el gobierno neuquino reconoce algunos puntos de coincidencia con Milei —como “la eficiencia en la administración pública y la lucha contra la corrupción”— también advierte diferencias profundas. “No compartimos el desfinanciamiento de la educación pública ni el desmantelamiento de políticas de salud. El Estado tiene que estar presente, sobre todo en provincias como la nuestra”, señalaron desde el Ejecutivo. Las listas ya fueron presentadas: Karina Maureira, comunicadora y periodista, encabezará la nómina para Diputados, seguida por el historiador e investigador del Conicet, Joaquín Perrén.

Para el Senado, en tanto, la fórmula estará compuesta por dos integrantes del gabinete provincial: Julieta Corroza (ministra de Desarrollo Humano) y Juan Luis “Pepe” Ousset (ministro de Gobierno).“El Congreso necesita voces federales, que defiendan los recursos de las provincias.

No estamos para aplaudir todo lo que venga de Buenos Aires”, lanzó Maureira en la presentación oficial. En la misma línea, Perrén afirmó: “No vamos a ser furgón de cola de nadie. Defendemos la ciencia, la producción local y los derechos sociales”.

La Neuquinidad también sumó al intendente de Neuquén, Mariano Gaido, con su partido Primero Neuquén. El acuerdo fue formalizado en un acto el pasado 17 de junio, en el Centro de Convenciones Domuyo.

Vaca Muerta y el sindicalismo

Este pasado martes, Marcelo Rucci fue reelecto al frente del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa, en una elección sin competencia y con una participación cercana al 80 por ciento del padrón, según advirtieron.

La lista Azul y Blanca, encabezada por Rucci y Ernesto Inal, obtuvo un amplio respaldo entre los más de 25.000 afiliados del gremio. En ese contexto, el dirigente anticipó un paro general por la caída de la actividad en Vaca Muerta y los más de 3.000 trabajadores afectados.

“Nos están echando sin motivo. No hay crisis, hay decisión empresaria de dejar de ganar. Pero el costo lo pagan los laburantes”, denunció Rucci en declaraciones radiales. Según el gremio, ya hay 1.200 despidos confirmados y más de 2.000 operarios suspendidos sin tareas, a la espera de definiciones.

“Hablamos con todas las empresas y con las cámaras, pero no hay respuestas. No nos dejan otra alternativa que las medidas de fuerza”, advirtió el dirigente. Desde la UOCRA también se sumaron a la preocupación por la caída del empleo en Vaca Muerta.

Su delegado en Añelo, Juan Carlos Levi, confirmó que en las últimas semanas se desvincularon 196 trabajadores de la construcción, muchos de ellos mujeres, por el cierre de grandes obras de infraestructura.

Rucci fue especialmente duro con las operadoras, a las que acusó de no atender ninguna de las propuestas del gremio. “Propusimos un puente laboral hasta 2026, cuando entren en operación los nuevos ductos. Pero no fuimos escuchados”, dijo.

“Hoy tenemos compañeros cobrando el básico pelado en sus casas. Todos sabemos lo que viene después: más despidos. Si no nos escuchan, nos vamos a hacer escuchar”, amplió, dejando en claro que una huelga es inminente. El secretario general también cuestionó la contradicción entre el crecimiento récord de producción en Vaca Muerta y el recorte de personal.

“Llegamos antes de lo previsto a los 600.000 barriles diarios. Eso fue gracias al esfuerzo de los trabajadores. No puede ser que ahora los saquen del juego. Si quieren romper la industria, la están rompiendo. Y si la tenemos que romper nosotros, lo vamos a hacer”, concluyó.

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