La crítica alcanza tanto al presente como a gestiones anteriores, aunque sin apuntar directamente al presidente Javier Milei. El objetivo es claro: captar a un electorado que votó libertario pero que valora la gestión provincial.

Uno de los blancos fue el senador Oscar Parrilli, a quien Figueroa acusó de “no hacerse respetar” y de responder ciegamente a Cristina Kirchner. Con esa jugada, intenta seducir a sectores desencantados del peronismo, sin espantar a los que aún se sienten parte.

El nombre fuerte que emerge para el Senado es el de Julieta Corroza, actual ministra de Desarrollo Humano, quien fue la encargada de abrir el acto en el centro de convenciones Domuyo. Aunque Figueroa asegura que las candidaturas serán por consenso o internas, todo indica que el gobernador tendrá el control absoluto del armado, con aval de Gaido y sin condicionamientos.

Además de Corroza, suenan Juan Luis Ousset y Leticia Esteves para completar las listas. La alianza entre Figueroa y Gaido no solo apunta a estas elecciones, sino que proyecta poder para el 2027, cuando el gobernador buscaría su reelección y el actual intendente prepararía el terreno para designar a su sucesor o sucesora en la ciudad de Neuquén.