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Gigante energético

China y una mega obra peligrosa: podría alterar la rotación de la Tierra

China avanza con una mega obra para revolucionar la energía limpia. Pero el proyecto tendrá consecuencias geológicas, geopolíticas, ambientales y sociales.

El sitio de periodismo de investigación elarchivo.com consignó que China inició la construcción de la Central Hidroeléctrica de Motuo sobre el río Yarlung Tsangpó, en el sur del Tíbet, en lo que será la presa hidroeléctrica más grande del mundo. La obra, que costará aproximadamente 1,2 billones de yuanes (167 mil millones de dólares), busca superar a la ya colosal presa de las Tres Gargantas en capacidad de generación, proyectando unos 300 mil millones de kilovatios-hora al año, el triple de su predecesora.

La central estará ubicada en el llamado "Gran Recodo" del Yarlung Tsangpó, una curva pronunciada del río que forma parte del cañón terrestre más profundo del planeta. El proyecto contempla la construcción de cinco plantas hidroeléctricas en cascada y varios túneles de 20 kilómetros a través de la montaña Namcha Barwa para canalizar el agua hacia las turbinas. Su energía se transportará principalmente al este de China, en el marco de la estrategia "xidiandongsong" (electricidad del oeste al este).

La presa de las Tres Gargantas, inaugurada en 2012 sobre el río Yangtsé, fue considerada una proeza de la ingeniería moderna. Sin embargo, también generó impactos negativos: desplazamientos masivos, alteración de ecosistemas y, según estudios de la NASA, incluso un leve cambio en la rotación de la Tierra. El precedente refuerza la necesidad de evaluar cuidadosamente las implicancias de megaproyectos como Motuo, que podrían tener efectos geofísicos, ecológicos y sociales de alcance internacional.

Repercusiones geopolíticas: una amenaza para los vecinos

El río Yarlung Tsangpó cruza la frontera hacia India como el Brahmaputra y llega a Bangladesh como el Yamuna, siendo una fuente vital de agua para ambas naciones. Tanto India como Bangladesh han manifestado su preocupación por el proyecto, ya que la presa podría permitir a China controlar el flujo de agua, generar sequías o incluso inundaciones en caso de descargas repentinas.

El ministro jefe del estado indio de Arunachal Pradesh, Pema Khandu, calificó a la presa como una "bomba de agua" potencial y una amenaza existencial para las comunidades tribales como la Adi, que dependen del caudal del Siang-Brahmaputra para su subsistencia. Bangladesh, por su parte, solicitó formalmente información a Pekín sobre el proyecto, ante el temor de impactos en su agricultura y seguridad hídrica.

La cuestión tibetana: represión, desplazamientos y tensiones

La región donde se construye la presa está habitada por comunidades tibetanas, que ya han sido desplazadas o reprimidas en proyectos hidroeléctricos anteriores. Organizaciones como la Campaña Internacional por el Tíbet denuncian que las obras en el Tíbet representan una forma de explotación de los recursos naturales sin consultar a las comunidades locales, lo que agrava el conflicto étnico y cultural.

A modo de referencia, la presa de las Tres Gargantas implicó el reasentamiento de 1,4 millones de personas. Aunque se estima que el impacto demográfico en Motuo será menor por su baja densidad poblacional, se desconoce el número exacto de desplazados. Además, el sitio incluye monasterios y lugares sagrados que podrían desaparecer bajo el agua.

Peligro geológico

Expertos en geología advierten que la región es altamente sísmica y propensa a deslizamientos de tierra. Eventos recientes como el terremoto de Shigatse (2025) o los deslizamientos de tierra inducidos por el colapso de glaciares generan preocupación sobre la estabilidad del embalse y el potencial de catástrofes naturales en cadena.

Asimismo, la construcción de la presa afectará ecosistemas con alta biodiversidad. El cañón del Yarlung Tsangpó alberga especies endémicas y una reserva natural nacional. Cambios en el flujo de agua podrían alterar la vida acuática y la fertilidad de suelos en zonas ribereñas, incluso en India y Bangladesh.

El lado chino: desarrollo y energía limpia

Desde Pekín, el proyecto se presenta como una obra clave para alcanzar la neutralidad carbónica hacia 2060. China, el mayor emisor mundial de gases de efecto invernadero, apuesta a la hidroenergía como una alternativa para reducir su dependencia del carbón. En 2023, el país invirtió casi 900.000 millones de dólares en energía solar, eólica e hidroeléctrica.

Según el gobierno, la presa de Motuo no almacenará grandes volúmenes de agua por tiempo prolongado, lo que minimizaría su impacto aguas abajo. Sin embargo, organizaciones ambientales internacionales y varios gobiernos solicitan mayor transparencia, evaluaciones ambientales independientes y mecanismos de consulta regional.

La Central Hidroeléctrica de Motuo condensa la necesidad de energía limpia frente al cambio climático, versus la defensa de los derechos humanos, la autodeterminación de los pueblos y la cooperación regional. La falta de transparencia y consulta con los países afectados aumenta el riesgo de tensiones diplomáticas en una región ya frágil. En este contexto, el "proyecto del siglo" puede convertirse en un símbolo de desarrollo sostenible o en un foco de conflicto, dependiendo de cómo se aborden sus múltiples dimensiones.

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