Panorama Político de Neuquén
Cambios

Sin luz y sin salud: una Provincia signada por la furia contra el gobernador

La situación del conflicto con la salud en Neuquén no da tregua, prácticamente por las nulas respuestas por parte del Ejecutivo provincial que lidera Omar Gutiérrez. (Dibujo: NOVA)

La situación del conflicto con la salud en Neuquén no da tregua, prácticamente por las nulas respuestas por parte del Ejecutivo provincial que lidera Omar Gutiérrez que, como tantas otras veces, se burla de los trabajadores con ofrecimientos salariales miserables que tienen como único objetivo dejar pasar el tiempo y dilatar la situación.

Pero, por el contrario, los autoconvocados continúan firmes sobre las rutas y, para colmo, cada vez más sectores de la comunidad y otros gremios se sumaron a apoyar a los “héroes” de esta pandemia.

Recordemos que el gobierno de Gutiérrez les ofreció un bono “Covid” de 10 mil pesos durante tres meses, es decir una mísera suma fija con fecha de vencimiento. Pero esto es aún peor que el acuerdo que rechazan del 15 por ciento, que sí aceptaron ATE y UPCN.

Mientras tanto, en una realidad no tan paralela, sino que comparten muchísimas coincidencias, los trabajadores ceramistas de la ex Zanón (ahora Fasinpat) tuvieron que volcarse también a la Ruta 7 durante distintas jornadas, desde la semana pasada. Es decir, una Provincia signada por la furia contra el gobernador.

Es que un corte de energía eléctrica del EPEN –por una importante deuda- los imposibilitó a seguir produciendo y puso en riesgo –por la tensión- el funcionamiento de sus maquinarias, que dicho sea de paso precisan una renovación tecnológica a la cual el gobierno jamás los ayudó, una pequeña gran diferencia con los grandes empresarios amigos.

No obstante, esta situación sí llegó a buen puerto y la luz fue restituida el día miércoles.

Volviendo al conflicto principal, precisamente el día miércoles se sumó un paro de la CTA Autónoma en apoyo a Salud, con una movilización también de docentes opositores de ATEN, los propios trabajadores ceramistas y distintos partidos y organizaciones políticas, donde se manifestaron más de 10 mil personas por el centro neuquino. Idéntica situación se vivió el jueves por la noche, con una masiva marcha de antorchas.

El viernes, en suma, nuevamente los docentes movilizaron y convocaron a un paro en apoyo a los autoconvocados de salud, por lo que lo que se sumó la conducción gremial de ATEN de Marcelo Guagliardo que, hasta este 16 de abril, había permanecido en absoluto silencio, siendo casi complaciente con el gobierno de Gutiérrez, pero viéndose ahora entre la espada y la pared.

Por otra parte, no menos importante, sino quizás la más importante para los gobiernos, tuvo que ver con la actividad hidrocarburífera en Vaca Muerta que se vio trunca durante estas últimas dos semanas cuando los bloqueos en la zona de Añelo eran totales y aún no se habían flexibilizado.

Tanto es así que la distribución del combustible en Neuquén capital comenzó a escasear, sobre todo en las YPF, y las largas filas se hicieron notar en otras estaciones de servicio con gran extensión y demoras.

Por ello, quien levantó la voz de preocupación fue el gobierno nacional, de la mano del secretario de Energía, Darío Martínez: “Es una situación que necesitamos que se resuelva por múltiples motivos, no solo por el hecho de que los trabajadores puedan estar trabajando, para el Plan Gas llegamos muy al límite para el primer invierno entonces cada día cuenta y mucho”, dijo.

“Es un reclamo que hoy además en un mundo de pandemia, con la cuestión sanitaria, hay que entenderlo, escucharlo, hay que ser respetuoso de los organismos para solucionarlo, pero sí necesitamos que se resuelva y vamos a colaborar con todo lo que sea necesario para que las partes lleguen a algún acuerdo y podamos seguir avanzando”, agregó Martínez.

Sin embargo, poco de eso está ocurriendo en la Provincia. Ya son 40 días de un conflicto que no encuentra soluciones porque, lisa y llanamente, Omar Gutiérrez no quiere destrabarlo y está enquistado en dilatar la situación, obligándolos a volver a sus puestos de trabajo sin ningún resarcimiento salarial digno. No basta con ser esenciales y la primera línea en esta batalla sanitaria. Sin voluntad política, la luz al final del túnel aún se ve muy lejos.

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