Política
Tras la muerte de la docente

La política neuquina es una maraña

Emmanuel Guagliardo, abogado de las familias de las víctimas de Aguada San Roque, y Mariano Gaido, intendente de Neuquén.

El fallecimiento de la docente Mónica Jara como de los operarios Nicolás y Mariano, en la explosión y posterior incendio de la escuela de Aguada San Roque volvió a dejar expuesta la maraña que es la política neuquina, esa “conjunto de hilos y pelos”, como lo define el diccionario, donde todos parecen ser lo mismo.

Es que el abogado que representa legalmente a las familias de las víctimas puesto por ATEN es Emmanuel Guagliardo, hijo del secretario general del gremio docente, Marcelo Guagliardo, quien debería hacer valer el pedido de justicia por los fallecimientos en la Escuela N° 144.

No obstante, no deja de sorprender, el amiguismo que Guagliardo (hijo) ha mostrado con el intendente de la ciudad de Neuquén, Mariano Gaido, fiel militante del Movimiento Popular Neuquino, lo que da a entender que, al menos, hay una incompatibilidad política por su emparentamiento con el jefe comunal.

Es que Guagliardo es militante del UNE, que lidera Mariano Mansilla, ese partido que hace un enredo de la política neuquina porque dependiendo el estrato local o provincial, se acopla a quien mejor mida o le convenga en términos electorales.

El propio Mansilla forma parte del bloque del Frente de Todos en la Legislatura provincial, lo que daría a entender que es plenamente kirchnerista, pero no es tan así: al mismo tiempo tejió alianzas con el MPN a nivel municipal, al poner como funcionario al ex concejal Pancho Baggio. Y tampoco hubiese sido ninguna sorpresa que se postulase para el Congreso con la lista del MPN.

Pero volviendo al caso, Guagliardo (hijo), como dice la frase, ¿atiende los dos lados del mostrador? Y más aún, ¿es políticamente correcto que represente legalmente a las familias de las víctimas de Aguada San Roque?

Por último, recordemos que el último lunes, Mónica Jara (34), quien hacía sus primeros pasos en la docencia, falleció a causa de la explosión de un calefactor en la Escuela N° 144 que le provocó quemaduras en el 80 por ciento de su cuerpo. Por el mismo hecho, ya habían fallecidos dos operarios y, afortunadamente, no ocurrió en horario escolar por lo que no hubo que lamentar víctimas entre el estudiantado.

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