No obstante, todo cambió repentinamente cuando ATE convocó a un paro por tiempo indeterminado y se sentó (¿con un acuerdo apalabrado?) con el gobierno para darles finalmente algo más acorde a lo que exigía la salud, un aumento del 53 por ciento, en seis tramos hasta diciembre, algo que los autoconvocados igualmente rechazan, por lo que siguen con algunos cortes.

El sector petrolero de Vaca Muerta comenzó a molestarse y a presionar (Guillermo Pereyra llamó a despejar las rutas, por ejemplo, lo mismo que Miguel Ángel Pichetto) por las pérdidas en la producción hidrocarburífera, ante los cortes en la zona de Añelo, donde finalmente se levantaron los piquetes.

Esto hizo que Gutiérrez tuviera que dar un vuelco de 180 grados y finalmente convocar a los trabajadores, pero sin darles entidad a los autoconvocados, por lo que irrumpió en escena Quintriqueo, que brillaba por su ausencia y solo aparecía para meter palos en la rueda contra los propios trabajadores. En un minuto y medio, resolvieron la mesa salarial, a pesar de los 60 días previos de lucha y de desgate, sin ser escuchados por el gobierno.

Sin embargo, este caliente escenario político llegó a los pasillos de la Legislatura de Neuquén, donde ya empezaron a haber chispazos entre oficialismo y oposición, justamente, porque ahora el Poder Ejecutivo presentó un proyecto de ley para tomar deuda para afrontar el compromiso por los salarios estatales.

El proyecto N° 14.295 aprobaría una deuda de 12,8 mil millones de pesos o su equivalente en dólares, a pesar de que –según expuso la oposición- aún restan fondos del Presupuesto 2021 aprobado por la casa legislativa.

Esto trae a colación lo que ocurrió hace un año atrás, a fines de marzo de 2020, que con la declaración de la emergencia sanitaria por la pandemia de coronavirus, la Legislatura le aprobó al gobernador una deuda de 140 millones de dólares (9.310 millones de pesos, en ese entonces), sin rendición de cuentas.

Con ese dinero, que tenía que ser destinado a la salud, al crecimiento de la infraestructura hospitalaria, a la ampliación de personal, a la compra de insumos y también para resarcimientos salariales, entre otros tópicos, evidentemente no pudieron solucionarlo, porque dicho sector se encuentra en miserias, con hospitales en penuria, con falta de terapistas por sobreexplotación y, ni que hablar, con escasez de recursos.

Por último, otro importante dato es que, el negocio petrolero tampoco es utilizado en beneficio del sector público, porque el dinero que generan las regalías tampoco tienen como objetivo fortalecer a la salud, ni siquiera en plena pandemia.

Es que el barril del petróleo estuvo fijado en 41 dólares, pero la "realidad es que se encuentra en 65 dólares”, como dijo, en su momento, Ramón Rioseco, por lo que las ganancias han ido en aumento y, aun así, Gutiérrez apela a una nueva deuda extraordinaria, por fuera del Presupuesto y por fuera de lo que ya tenían sus bolsillos, ahora para pagar compromisos asumidos.