La Provincia
Falta de planificación

Dolor de Cabeza: Vialidad Nacional y su desidia para terminar obras

En la actualidad, otro socavón, que ya cumplió medio año, se encuentra sobre el derivador de la autovía hacia Centenario.

Las obras viales que dependen de Nación en el Alto Valle y la provincia de Neuquén representan un dolor de cabeza. Se planifica mal, se ejecuta peor, no se termina casi nada y si, por alguna razón se produce un desperfecto de lo ya hecho, ese arreglo da la sensación que no llegará nunca.

Quizá, el emblema de todo esto sea la ruta o “rota” 22. Esta ambiciosa obra con tramos de doble vía y puentes elevados se inició hace 17 años atrás. Se fue ejecutando por tramos, y se paralizó infinidad de veces por conflictos con los municipios y falta de readecuación de precios con las empresas contratistas.

La remodelación es vital para un mejor tránsito entre ciudades y resulta estratégica, si se tiene en cuenta que permite conectar, en toda su extensión, el puerto de Bahía Blanca con Vaca Muerta, a través de diferentes rutas, como la nacional 151, otro camino que se encuentra en muy mal estado.

Para los usuarios de la 22 en el Alto Valle, lo más problemático fue y sigue siendo el tramo entre Cipolletti, Fernández Oro y Allen. Hoy, a la altura de Puente 83 la obra está paralizada por un conflicto vecinal. Se aprobó hacer un puente elevado en el lugar pero no se avanzó en nada. Lo concreto, es que allí la ruta está llena de pozos y ondulaciones que la hacen casi intransitable.

Si la mira apunta a la rotonda de Cipolletti camino a Neuquén, en su intersección con la ruta 151, ahí hay varios inconvenientes. Los parches que se le fueron haciendo al asfalto acortaron la altura con el puente, lo que originó que muchos camiones de carga chocaran contra la estructura, desacomodando las vías del Tren del Valle. Por esta razón, hace más de un año que está suspendido el servicio de ese tren a Cipolletti.

Hay un proyecto de obra de Vialidad que implica bajar la ruta pero también intervenir un tramo de 250 metros, hasta alcanzar una profundidad de dos, ya que se deben reubicar tendidos de gas, electricidad y fibra óptica que pasan por el sector. Además, mientras dure la obra el tránsito se tendría que desviar por la circunvalación. Pero nada de todo esto se hizo.

Autovía

Si de conexión entre las provincias de Neuquén y Río Negro se trata, pocas obras cosechan la desidia y falta de planificación de la autovía norte y el tercer puente.

La historia de este puente sobre el río Neuquén data de 1997, cuando la empresa Caminos del Valle se comprometió a realizarlo en 42 meses. La obra comenzó recién en el 2002 y se detuvo en 2005. En 2007 el puente ya estaba construido pero los accesos se comenzaron a hacer dos años después: en abril de 2009.

Se inauguró en 2016 pero sin los trabajos complementarios, que incluían los rulos derivadores de la autovía hacia Neuquén capital y Centenario para el tránsito proveniente de Río Negro y, lo mismo, viniendo desde Plottier. Se terminaron en 2019 pero no hay obra de Vialidad Nacional en la región exenta de inconvenientes. En octubre de ese año, un vehículo quedó incrustado en un socavón que se generó en una de las bajadas hacia Neuquén. Después de varias idas y vueltas para deslindar las responsabilidades de lo ocurrido (el hundimiento se produjo como consecuencia de la rotura de un tendido cloacal), el EPAS reparó el caño y la ruta se habilitó tres meses después.

En la actualidad, otro socavón, que ya cumplió medio año, se encuentra sobre el derivador de la autovía hacia Centenario. Este se produjo a raíz de que una empresa de telefonía rompió un enorme caño de agua que pasa por debajo del asfalto, por lo que el tránsito hacia ruta 7 en ese sector continuará cerrado hasta tanto las cuestiones legales para que la empresa realice la reparación se concreten.

Vialidad argumenta que así debe ser porque fue la firma de telefonía la que originó el desperfecto y la que debe hacerse cargo de subsanarlo.

Mientras tanto, el tránsito por el lugar es un infierno, sobre todo en horarios pico.

La Rinconada

La entrada al turismo que va hacia la cordillera debería tener, desde hace mucho tiempo, un ingreso acorde para quienes quieren, por ejemplo, visitar San Martín de los Andes o Villa La Angostura. Para eso se diseñó la obra del puente de La Rinconada.

Su construcción se prometió en 1992 pero recién en 2009 se adjudicó a la empresa Lavigne de Buenos Aires, después de una licitación que se declaró desierta.

Desde ese entonces a la fecha hubo diversos inconvenientes que generaron su paralización, como desacuerdos con la empresa a cargo de los trabajos, diferencias en el presupuesto que manejaba Vialidad Nacional y también la expropiación de tierras en las inmediaciones del lugar donde se emplaza la estructura. Todo ello demoró la ejecución.

La obra del puente, que se reinició en octubre del año pasado, está en el sector del empalme de las rutas 234 y 40 y reemplazará al cruce de una sola mano, que está en muy mal estado.

El gobierno de la provincia anunció que la inauguración del puente de La Rinconada se hará en diciembre de este año.

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