Parrilli y Sapag votaron contra Ficha Limpia y se alinearon con la impunidad

Mientras Neuquén avanza en transparencia con la Ley de Ficha Limpia provincial, sus representantes nacionales en el Senado, Oscar Parrilli y Silvia Sapag, optaron por defender a los corruptos y bloquear una herramienta clave contra la impunidad. El contraste con el gobierno de Rolando Figueroa no podría ser más contundente.
En una jornada que prometía ser histórica, el Senado de la Nación volvió a decepcionar a millones de argentinos que reclaman honestidad y transparencia en la política. Tras más de diez horas de debate, el proyecto de Ley de Ficha Limpia —que impedía ser candidato a cualquier persona con condena en segunda instancia por delitos contra la administración pública— fue rechazado por apenas un voto: 36 a favor, 35 en contra (se necesitaban 37 votos a favor para tener mayoría absoluta). La norma, ya aprobada en Diputados, fue sepultada por una maquinaria legislativa que sigue sosteniendo privilegios que huelen a podrido.
🚨| Atención Neuquén.
— Guimi (@Guimidemoney) May 8, 2025
- El kirchnerismo a través de Parrilli y Sapag dieron voto negativo a Ficha Limpia.
- Este año Neuquén renueva senadores, acordate de que el PJ y el MPN son lo misma bosta (entre otros).
Tenes que votar a LLA votando los candidatos de Milei. pic.twitter.com/Y4fEApBI2n
Entre los votos negativos que generaron indignación en las redes sociales y los medios de comunicación se destacaron dos nombres que no sorprenden, pero aún escandalizan: Silvia Sapag y Oscar Parrilli, senadores neuquinos del bloque Unión por la Patria, alineados férreamente con el kirchnerismo. Sí, los mismos que hace apenas unos meses se mostraban preocupados por “recuperar la confianza de la ciudadanía” hoy levantaron la mano para blindar a los corruptos.
La senadora Sapag incluso fue más allá del voto: en un discurso que pareció redactado por algún condenado en Comodoro Py, defendió el derecho de los delincuentes con condena firme a presentarse como candidatos. “¿En serio le van a quitar al pueblo la posibilidad de elegir a sus representantes?”, lanzó sin ruborizarse, como si el derecho del pueblo incluyera elegir ladrones, defraudadores o estafadores. Ignoró deliberadamente que el proyecto apuntaba a evitar que personajes nefastos como José López, Julio De Vido o Amado Boudou vuelvan a candidatearse.
Oscar Parrilli, por su parte, calificó la iniciativa como “una barbarie política”. El ex secretario de Cristina Fernández de Kirchner —una de las principales afectadas por la ley si se hubiese aprobado— dijo sin titubear que impedir que un condenado por corrupción acceda a un cargo público es peor que permitirlo. Sí, leyó bien. Para Parrilli, poner límites a los corruptos es “barbarie”, pero habilitarlos a manejar fondos públicos tras haber sido condenados, es democracia.
Ambos senadores, lejos de representar a los neuquinos que claman por una política decente, decidieron alinear sus votos con la vieja estructura kirchnerista que se resiste a soltar el poder, incluso a costa de seguir desprestigiando las instituciones.
El contraste con la provincia que representan no podría ser más evidente
Mientras Sapag y Parrilli votaban en Buenos Aires por el “derecho” de los condenados a presentarse en elecciones, en Neuquén ya rige la Ley de Ficha Limpia provincial. Fue aprobada en marzo de este año con 28 votos a favor en la Legislatura local y el firme impulso del gobernador Rolando Figueroa, quien viene demostrando que se puede gobernar con principios, con reglas claras y sin ataduras a los pactos de impunidad.
Figueroa empujó la sanción de la ley provincial que prohíbe que personas condenadas por corrupción, delitos sexuales o violencia de género ocupen cargos electivos o en la administración pública. La norma fue celebrada por organizaciones civiles, referentes del ámbito judicial y por buena parte de la ciudadanía. Una verdadera bocanada de aire fresco en un país asfixiado por el cinismo político.
Paradójicamente, el mismo kirchnerismo que se opuso en la Legislatura neuquina, volvió a hacer lo propio en el Congreso Nacional. Y una vez más, Parrilli y Sapag fueron la cara de esa resistencia al cambio. Representantes de una forma de hacer política que se niega a morir, que sigue creyendo que el Estado es un botín y no una herramienta para servir al pueblo.
El caso de los senadores misioneros, Sonia Rojas Decut y Carlos Arce, también generó ruido. Se plegaron al interbloque kirchnerista, a pesar de haber dado señales contradictorias en los meses previos. Ambos se escudan en el silencio: no dan entrevistas, no responden preguntas y solo hablan a través de sus votos. Y su voto fue claro: impunidad.
El proyecto de Ficha Limpia podrá volver a tratarse recién en marzo de 2026. Mientras tanto, personajes condenados por la Justicia podrán seguir candidateandose sin vergüenza ni límites.