Judiciales y Policiales
Abuso de autoridad

Denuncian penalmente la detención del fotógrafo alemán en Vaca Muerta

La denuncia argumenta "indebido proceso, incumplimiento de deberes de funcionario público y abuso de autoridad" contra Stefan Borghardt.

La detención y el maltrato al fotógrafo alemán Stefan Borghardt por parte de policías en Vaca Muerta fue llevado a la Justicia penal para que se investigue, según relató Emmanuel Guagliardo, abogado del joven de 28 años.

"Nos parece que se tiene que iniciar una investigación seria y profunda y se tiene que determinar quiénes fueron los oficiales que participaron del operativo", dijo el representante legal, y añadió que la denuncia será por "indebido proceso, incumplimiento de deberes de funcionario público y abuso de autoridad".

Pero la presentación va más allá del accionar policial: se solicitará a la Fiscalía que se investigue “la posibilidad de una responsabilidad política mayor", en referencia a las autoridades del Ministerio de Trabajo, Desarrollo Social y Seguridad, y también a la empresa involucrada.

El repudiable hecho ocurrió el lunes 7 de enero, aproximadamente a las 18, cuando Borghardt estaba en el predio de una empresa petrolera capturando algunas imágenes del lugar, en el marco de un proyecto personal sobre el fracking en la zona de Vaca Muerta y el Alto Valle rionegrino.

En ese escenario, Borghardt manifestó: “Saqué varias fotos con las dos cámaras profesionales que llevaba encima y alcancé a tomar cuatro imágenes con el celular”. Luego, relató que fue abordado por tres policías y por guardias de seguridad privada, que lo detuvieron tras secuestrarle los equipos fotográficos, con los cuales había registrado imágenes de los basureros petroleros a cielo abierto.

Tras el arresto, fue trasladado al calabozo de la Comisaría 10 de Añelo, donde “me sacaron todas mis pertenencias, me indagaron, me revisaron todo mi celular, me pegaron, me amenazaron con un cuchillo y hasta firmaron por mí un documento", denunció Stefan Borghardt. “Me apresuraron para que lo firmara, sin dejarme constatar la veracidad de la información que contenía y, lo que es peor es que cuando insistí en la necesidad de leerlo, se enojaron y me llevaron a un calabozo, mediante empujones e insultos”, aclaró, por lo cual llamaron a un testigo para que firme el acta en su lugar.

“Durante el trayecto, la oficial que estaba sentada a mi costado se metió en mi celular reproduciendo mensajes de voz y leyendo otros mensajes personales enviados y recibidos en altavoz, sin mi autorización”, detalló el joven alemán.

Su paso por el calabozo

“En la celda me pegaron, me patearon y un oficial que me maltrataba con una escoba desde lejos, mientras me decía que odiaba a todos los alemanes”, señaló el muchacho.

En sintonía, añadió: “Otro policía me insistió que me apurara a quitarme los cordones de las zapatillas, porque si no me ayudaría él y, sin dejarme procesar el momento, sacó una navaja del bolsillo para asustarme”.

Después de largas horas de encierro, los efectivos decidieron sacarlo del calabozo, para nuevamente trasladarlo a la barra de atención. “Allí firmé lo que creo que era la denuncia contra mi persona, la declaración de la hora de mi detención y de la liberación y además el acta, confirmando que me habían devuelto todas mis pertenencias”.

Asimismo, “me informaron que habían secuestrado todo mi equipo fotográfico, pero yo firmé igual. No pedí que me entregaran una confirmación del secuestro ni leí ninguno de los documentos”, ultimó Borghardt, quien agregó que su único interés era salir de aquel lugar.

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